lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Parte del juego?(II): ¿con sentimientos?

Después de que pasaran todas esas preguntas por mi cabeza tomé una bocanada de aire y abrí la puerta del dormitorio.
Cuando llegué al living había acomodado todo sobre la mesita ratona y estaba sentado sobre unos almohadones en el piso. Por un momento me quedé tildada mirándolo y volví a repasar todas esas preguntas que me había hecho minutos atrás. Y un segundo después fui y me senté en frente de él, donde estaba preparado mi plato y mi copa de vino.
Nos quedamos mirándonos uno al otro por unos segundos y después empezamos a comer.
Charlamos mientras cenamos y seguimos haciéndolo cuando se acabó la comida del plato. Me hizo muchas preguntas… sobre el viaje, sobre como la pase, que hice y que deje de hacer. Si no me dieron ganas de volver antes, si conocí a alguien, si extrañé… si lo extrañé a él. Muchas de las cuales no respondí.
Sabía que mis no respuestas generaban un silencio ensordecedor pero no podía contestar. Y si decía lo que realmente pasó era ponerme en una posición de vulnerabilidad que no me agradaba.
Después de un rato fuimos llevando las cosas a la cocina para ir despejando el living porque había traído una peli para que veamos.
Nos trajimos el pote de helado (cosa que siempre hicimos, nada de servir en compotera ni nada) de chocolate y limón junto con las frutillas, pusimos play a la peli y nos sentamos uno al lado del otro en el sillón.
Yo tenía el pote de helado en la falta y él cruzo uno de sus brazos por mi espalda.
Así, tratando de concentrarme en que estaba por comenzar la peli y comiendo el helado, me agarró la mano y empezó a marcar con su dedo índice las líneas de la palma de mi mano.
Después de unos minutos di vuelta mi cabeza para poder mirarlo de frente y decirle:

- Si no desocupamos nuestras manos se nos va a derretir el helado…
- ¿Importa mucho que se derrita? –dijo y fue acercando su cara a la mía hasta que quedaron solo unos centímetros-
- ¿A vos te importa? –dije con tono desafiante-
- No estaría acá si no me importara
- …mmm veo, ¿y que tanto te importa?

- A ver si esto responde tu pregunta… -en el momento en que terminó de decirlo me besó-
Fue como un beso de reconocimiento, fue lento, quizás demasiado. Un beso que probablemente ninguno de los dos quería terminar; pero lo hice.
Separé mi cabeza de él y busqué su mirada. Quería encontrar algo en ella, saber que sentía. Si el tenía las mismas dudas que yo.
Pero de repente su voz cortó mi línea de pensamiento.

- ¿Qué pasa?
- …Nada –dije y agarré el pote de helado que seguía en mi falda y lo apoye en la mesa ratona-
- Decime…
- Ya te dije, nada…
-Me agarró la mano y volvió a acariciarla- Estas distante…
- No estoy distante
–dije a la defensiva-
- ¿A no?.. ¿y entonces? –me dijo y en su mirada había impaciencia-
- Bueno… puede ser –hice fuerza para pararme pero él me agarró y me obligó a permanecer sentada-
- … -no dijo nada, lo miré a los ojos y enarcó las cejas, entonces empecé a hablar-
- ¿Qué es esto?... ¿por qué estas acá?
- Estoy acá porque tenía ganas de estar con vos, y… ¿a que te refería con esto?

- Vos no haces estas cosas… o por lo menos hacia mucho tiempo que no las hacías.
- Y lo que te molesta es…

- Nada, no me hagas caso –por una milésima de segundo pensé en decirle que tengo miedo, que tengo miedo que nuestra “relación” sea solo algo que tenemos cuando tenemos ganas. Pero no lo hice-
- A ver… -dijo y se acomodo como para explicar algo- Emiliana nosotros sabemos como somos, lo que tenemos… lo que nos pasa…
- ¿Y que nos pasa?, digo… porque no me queda muy claro.
- Vos sabes lo que nos pasa… no hace falta que lo digamos. Nunca lo hicimos.


No contesté a esa afirmación. No tenía las fuerzas. Y en cierta forma él tenía razón, nosotros nunca nos dijimos lo que sentíamos. Y cuando digo nosotros enfatizo en que yo no logro aceptar ni reconocer que tengo sentimientos hacia Franco.
O mejor dicho, no le pongo las letras que tendría que tener.

Pero la noche no terminó ahí. Miramos las película uno al lado del otro. Nos besamos varias veces más, y cuando no lo hacíamos me agarraba la mano o me acariciaba la cara. En un momento sentí la necesidad de tenerlo cerca y me recline sobre su pecho.
Estuvimos así en el sillón entre abrazos, besos, caricias, besos, y más besos como hasta la cinco de la madrugada cuando en un momento se me cerraban los ojos y él decidió irse.
Nos despedimos con un largo beso. Apasionado. Por momentos no podíamos despegarnos. No quería que se fuera. Lo quería ahí conmigo, que me abrasara y no pensar en nada.
Pero nos despegamos, y cuando se fue quede con la cabeza apoyada en la puerta y con la sensación de que se me había ido la oportunidad de terminar con ese estúpido juego, pero con el gusto exquisito de sus labios sobre los míos.

9 comentarios:

  1. Está claro que a veces sobran las palabras. Sin embargo en los sentimientos, es bueno expresarlos.

    Todavía no me queda claro que es lo que él quiere, bah... si es que él lo sabe. Eso es lo que me parece más peligroso de este juego.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. No me gusta que te digan la tipica "YA SABÉS QUE NOS PASA, NOS CONOCEMOS" bla bla. Es una frase que le da mística al juego pero que en realidad, nunca les deja en claro qué mierda es lo que sienten. Comprense un par de huevos muchachos!..


    Vos los ovarios los tenés, solamente te falta ponerlos en acción!!.. se te notan las ganas de ponerle los puntos sobre la mesa!!.-


    Sol

    ResponderEliminar
  3. Es verdad, queda todo como muy ambigüo... pero bue, no sabran lo que les pasa pero vos sí sabés lo que te pasa. Sos dueña de tus actos.

    ResponderEliminar
  4. Lady: coincido con vos.. no saber a donde va todo esto es lo más peligroso.

    Sol: ¿decís que tengo ovarios?... yo últimamente lo estoy dudando. Pero esperemos ponerlos pronto en acción.

    Mariana: supongo que muy en el fondo sé lo que me pasa.. solo que no quiero reconocerlo.

    ResponderEliminar
  5. Yo creo que tanto vos como él saben lo que les pasa, nada mas que tiene miedo de decirlo, de reconocer lo que sienten el uno por el otro.
    Uno de los dos tiene que tomar la iniciativa y decir lo que verdaderamente siente.

    ResponderEliminar
  6. Ayy. Si los dos sienten lo mismo entonces no entiendo. Bah, por lo que leo no me parece que quiera joder(te) nada más. Deberían hablarlo, y no dejar pasar más tiempo.

    ResponderEliminar
  7. Ay Emi, no es para pincharte el globo, pero leo esto y me acuerdo de las palabras de mi ex diciendo que no era necesario decirme lo que sentía, que yo muy adentro lo sabía. En mi caso, era mentira. Ahora, capaz que Franco es sincero.


    Beso Emi,
    cuidate
    Ara.

    ResponderEliminar
  8. Sinceramente este chico me marea, por momentos me hace creer que le importas realmente, y por otros que esto es un juego, y que le encanta jugar.
    Me gustaría creer que le importas realmente, ojala sea así, y una parte de mi, dice que lo es.
    Veremos que es lo proximo que nos contas :)

    Besos Emi.

    ResponderEliminar
  9. Tenías mucha razón en que tu historia con él es parecida a la mía con Martín. Sobre todo cuando da entender que hay algo entre ustedes, pero no llega a decirlo.

    ResponderEliminar