viernes, 30 de octubre de 2009

El quid de la cuestión

A Franco lo vi el martes que fuimos a un bar los dos solos y anoche que nos juntamos todos.
Seguimos en esta etapa de caricias, mimos y frases como “te extrañé” o “pensé en vos todo el día”… pero también hay llegadas tardes y alguna que otra llamada telefónica a las que solo puedo encontrarle un motivo.

Me hace sentir rara no saber… y que cada vez que le pregunto disimuladamente no me conteste, solo me sonría o simplemente que corte mi oración con un beso.
Piensa que con un beso o una caricia me voy a olvidar de que entre nosotros falta algo, que falta dejar las cosas claras.
Y más allá de esas frases que de momento me hacen sentir bien, siento que no tengo derecho a preguntar y que nunca voy a recibir una respuesta, y eso es lo que me confunde.

Ana, (mi terapeuta) dice que si tengo estas dudas tengo que planteárselas a él porque no puedo armar nada en base a dudas. Pero el quid de la cuestión es exactamente “ese”.
¿Cómo hago para plantearle mis inquietudes si ni siquiera es capaz de contestarme quien era en el teléfono?..
Yo nunca me puse seria con este asunto, desde un principio todo fue así… Franco no explica, no consulta, no pide ayuda, para NADA, pase lo que pase.
Y yo tampoco, y me guardo todo lo que siento para mí. Así que ¿cómo puedo exigirle a él algo que yo no hago tampoco?

Y ahora escribiendo esto me siento un pájaro de mal agüero, porque no sé porqué pienso tanto en esto cuando estamos en un buen momento, los dos tranquilos, sin peleas y sin discusiones.

Ana dice: “Todas estas incertidumbres que tenes son solo por una cosa… y es que en el fondo estas tratando de caer en la realidad de que en algún momento no tan lejano vas a tener que ser sincera con él…”

…y creo que tiene razón.

lunes, 26 de octubre de 2009

Como chicos

Domingo 7:30 de la mañana suena mi celular.
Trato de abrir los ojos pero me cuesta; trato de buscar mi celular.
No puedo agarrarlo desde la cama así que no me queda otra que abrir los ojos y levantarme.
Atiendo… es Franco. Me dijo que estaba en la puerta con Lucio así que les abrí.

Minutos después golpean la puerta, (yo en desahbillé) entran.
“Es un día estupendo así que vamos al parque de la costa”.. dijo Lucio y fue a despertar a Cande a su cuarto …

Franco y yo nos reímos por la emoción que tenia Lucio y después nos fuimos a preparar algo para desayunar.
En algún que otro momento mientras estábamos solos me dijo que me había extrañado y que quiso llamarme pero que estuvo tapado de trabajo los últimos dos días.

Organizamos algunas cosas y mientras que me fui a bañar los chicos se encargaron del resto.
De casa nos fuimos a lo de Sol a encontrarnos con el resto.
Nos repartimos en dos autos: Lucio, Cande , Franco y yo en uno, y Sol y Juan (novios) en el otro. A Gabriel y a Nico nos los encontrábamos allá.

Así y todo con las vueltas que dimos llegamos allá a las 11:30 am, pasamos una tarde muy divertida, Lucio estaba como loco y no lo podíamos bajar de la montaña rusa. Parecíamos nenes de 6 años, pero no nos importó. Hacia mucho tiempo que no hacíamos algo así y creo que a todos nos ayudó a despejarnos aunque sea por un día de nuestros diversos problemas.

Respecto a Franco… debo decir que también estuvo todo muy bien. Estuvo todo el tiempo conmigo, hubo besos, abrazos y mimos varios.
Me repitió que me extrañaba y que estaba contento de estar pasando un día así conmigo.
Me dijo que me necesitaba. Me hizo sentir bien, muy bien.
Por momentos sentí que era mío, solo mío y que era yo la única en su vida…

Ese persona que estuvo conmigo ayer, cariñoso y atento es la persona que provoca mis sonrisas, mi buen humor… Mis ganas de creer que de alguna extraña manera esto puede funcionar y que podemos ser sinceros el uno con el otro y con nuestros sentimientos.
Quiero creer que puede ser así… aunque sea solo por hoy.

sábado, 24 de octubre de 2009

Casi casi

Finalmente el jueves a la noche renegada de mi misma fui al bar donde nos juntábamos.
Cuando llegué estaban todos, la única que faltaba era yo, así que saludé y me senté entre Cande y Sol.

Después de comer unas pizzas, estábamos jugando al pool y Franco se paró atrás mío, me agarro de la cintura y me dio un beso en el cachete. Me pregunto si me pasaba algo y le dije que no, así que seguimos jugando.

Traté de estar lo más lejos de él que podía para que no se notara mi humor. Pero pese a mis esfuerzos de aparentar normalidad cuando estaba hablando con Sol vino y me pidió
que vallamos afuera.
Me agarró de la mano y caminé siguiendo sus pasos, y una vez que estábamos afuera se dio vuelta para mirarme de frente.

- Bueno ya estamos solos.. me vas a decir que te pasa? –dijo acariciándome la cara-
- Nada –dije y me fui a sentar en unos de esos bancos como los que están en las plazas-

Me miró y se rió.

- A ver… si cambio la pregunta, que te pasa… conmigo?
- …nada
–dije mirando para otro lado-
- Entonces son ideas mías y no estas reacia conmigo
- Para nada
- Veni –dijo extendiendo la mano para que me pusiera de pie- …entonces podemos estar bien? – me acercó más a él-
- Que yo no esté “todo” el tiempo pendiente de vos no significa que estemos mal.. dijimos espacio, te acordás?
- …no puedo estar mucho tiempo lejos de vos, te necesito cerca
- mmm, cuanto de cerca?
- Ni te imaginas cuanto…
-dijo y me besó-

Por momentos pienso en esas pequeñas palabras que me dice de vez en cuando, que sabe cuando decirlas… y pienso si son verdad, si las siente o si solo es la forma que encuentra para aplazar todo.
Lo que sé es que no tenía ganas de discutir, que no era ni el lugar ni el momento estando los chicos a unos metros nuestro y que por más que sus brazos sean calentitos y me hagan sentir bien,
no logran hacerme olvidar.

jueves, 22 de octubre de 2009

Contraproducente

Ayer a la tarde fuimos con Cande para lo de Lucio, donde estaban el dueño de casa y Franco.
Pero para mi sorpresa (o no) Franco salió a contestar un llamado al balcón y a los diez minutos se fue.
Supongo que tendría que estar acostumbrada a este tipo de cosas, son totalmente normales, pero no pude evitar pensar que esta vez esa persona que lo llamó pudo haber sido ella.

No me gusta sentir esa incertidumbre que me invadió ayer. Y menos que menos me gusta sentir que estoy rompiendo el pacto que hice conmigo misma.

Me quedé un rato y después me fui a casa. Probablemente no fue una decisión inteligente por mi parte ya que era fijo que mi cabeza iba a empezar a dar vueltas en el momento en que cruzara la puerta, pero quería hacerlo.
Sé que yo acepte este juego y que tengo que atenerme a las consecuencias, pero anoche me costó mantenerme en esa línea y se me cruzaron otras cosas.
No sé que pensar… no sé si pensar.
Me niego rotundamente a buscar en mi interior respuestas que no quiero encontrar. Me da pavor pensar que otra vez y como siempre la situación me termina superando y que la única que termina mal soy yo.

Pensé que mis ideas estaban claras y en orden, pero desde la estúpida frase que muy chistosamente (o no, no logré interpretarla) hizo la otra tarde no paré de sentir esa pesadez en el pecho. Esas ganas de decir cosas que tengo acumuladas desde hace mucho tiempo pero que había estado ignorando.
Pero además de que no quiero decirlas, pienso que no van a modificar nada…
Además pienso que es mi culpa, que nunca supe poner un freno a todo esto, que fui débil y que fomente su falta de compromiso junto con la mía.

Estoy demasiado pensativa en estos días y sus actitudes son contraproducentes…
En un rato salimos, como todos los jueves y lo voy a ver.
Pero esta vez sin ganas.

martes, 20 de octubre de 2009

Eso nunca

Cuando estábamos en la secundaria siempre nos juntábamos para estudiar Franco, Lucio, Cande y yo.
Siempre que se trataba de alguna materia con mucha teoría éramos nosotras las que nos poníamos a resumir todo, mientras que ellos se encargaban de la práctica o simplemente se ponían a jugar a las cartas, que era lo más recurrente.
Obviamente nos llevábamos tan bien como ahora y siempre juntarnos a estudiar resultaba divertido más que un fastidio como para la mayoría.

En esa época Franco y yo estábamos juntos… estábamos muy bien, y no pude dejar de pensar en eso cuando este sábado lo ayudé a estudiar para un parcial después de acompañarlo a comprar su regalo para su madre.

Era muy extraño vernos ahí, en esa misma situación que años atrás… pero fue lindo.
Estuvimos toda la tarde entre apuntes y libros y nos tomamos como dos jarras de café.
Por momentos Franco apoyaba su cabeza en mi falda mientras yo leía en vos alta lo que íbamos terminando y después él decía lo que le iba quedando.

En un momento estábamos escribiendo cuando me tilde mirándolo. No se en que pensaba, en realidad no pensaba en nada, solo lo miraba.
Pero una sola frase pinchó mi burbuja y me hizo saltar a la defensiva…

- Te dije que no te enamores de mi… -dijo serio y provocó que mis ojos reenfocaran la situación-

- Eso nunca… -me sonreí y él sonrió conmigo-

Dos segundos después estábamos besándonos y cinco minutos más tarde en la habitación.


Estuvimos juntos hasta el domingo a la mañana cuando me fui a mi casa y él se fue a la casa de sus padres para festejar el día de la madre.

Después de la frase feliz no volvimos a tocar el tema… lo cual creo que es lo mejor.

jueves, 15 de octubre de 2009

Fin de semana (II): segunda noche

Llegué a la habitación y me recosté en la cama abrazada a la almohada.
Me quedé pensando en lo que acababa de pasar y tenía ganas de ir a su habitación y decirle que lo necesitaba a mi lado… pero no lo hice.
No sé bien en que momento, entre los pensamientos que iban y venían, me quedé dormida…

Parecía que no habían pasado ni dos horas cuando tuve una sensación de que la cama se movía.
No quise abrir los ojos… me negaba rotundamente a enfrentar este nuevo día cuando de repente siento un leve cosquilleo en la punta de mi nariz.
Confundida entre la pereza matinal y mi negación, decidí abrir lentamente los ojos… y ahí estaba él, mirándome desde el lado derecho de la cama y solo nos separaba una almohada.

- Seguís con la costumbre de dormir abrazada a la almohada…
- Ajam…
- También seguís hamacándote para dormir? –no fue algo que me sorprendió pero no pensé que se acordara-
- No me conoces tanto como pensás –dije y le toqué la nariz-
- Eso es subjetivo, depende quien lo mire –dijo y me corrió el pelo de la cara-
- …

Sacó la almohada que nos separaba y se acercó más a mí. Me acarició un rato la cara y después me agarró de la cintura para acercarme más y nos besamos.

- Mmm –dijo separando su cara de la mía-
- Qué? –dije impaciente-
- Estos besos matutinos no se parecen en nada a los que recordaba…
- …
-me aleje confundida y el me sostuvo del cuello-
- Son mejores…
- … –me reí pero el cortó mi sonrisa con otro beso-

Al rato me dijo que mejor nos levantábamos, que el día recién empezaba.
Proteste y le dije que era muy temprano… pero al final terminé haciéndolo.
Me hizo bajar así como estaba, porque “según él si voy al baño me voy a querer cambiar y voy a tardar sin sentido”.

Me llevo al patio de invierno donde había preparado el desayuno.
Café, tostadas (de ambos lados) con mermelada de manteca y medialunas de manteca.
Estuvimos ahí más de una hora y después me pidió que me fuera a cambiar y acotó algo así como “Puedo ayudar a desvestirte…” mientas subía las escaleras. Comentario que me causó mucha gracia.
Cuando terminé de cambiarme bajé y estaba poniendo un bolso en el auto. Me había pedido que me pusiera algo “muy cómodo” y en ese momento me di cuenta a que se debía.
Íbamos a jugar al tenis.

Yo no quería jugar, no jugaba desde hacía mucho tiempo pero llegamos al Náutico y no pude negarme.
Nos divertimos mucho y hasta en un momento me fui a recorrer el lugar ya que hacia rato no estaba ahí.
De ahí nos fuimos a comer y volvimos a la quinta a eso de las cinco de la tarde cuando nos dimos cuenta de que el clima pronto iba a hacer de las suyas.

A eso de las siete ya estábamos exhaustos, despiertos desde temprano, estuvimos todo el día dando vueltas y jugamos con Camel el resto del tiempo antes de que comenzara a llover, por lo cual tenía ganas de refrescarme y ponerme ropa limpia.
Franco dijo que se hacia cargo de la comida y que no fuera para la cocina cuando bajara ya que me quería dar una sorpresa.

Me tomé mi tiempo para bañarme, relajarme y arreglarme. Me seque el pelo, me pase crema por todo el cuerpo y me puse rimel y apenas brillo labial (no soy de maquillarme en exceso).
Decidí ponerme el conjunto de encaje negro con un vestido del mismo color con unos zapatos… Si señoras/es fui muy bien preparada, me gusta estar prevenida.
No sabía cómo se iban a dar las cosas, pero si de algo estaba segura era de que esa noche no iba a ser como la anterior y de que no iba a dejar que nada la arruinara… no esa vez.

La verdad no tengo muy claro que hora era cuando bajé, pero que llovía… llovía y bastante.
Bajé las escaleras y me dirigí al living donde estaba Franco esperándome ya bañado y perfumado… como siempre.
Sirvió vino en dos copas y brindamos.
Cuando estaba tomando de mi copa él apoyo la suya en la mesita, agarró la mía y se acerco para besarme. Minutos después se alejó de mí y dijo que iba a buscar algo de música.
Le dije: “Voy yo a buscar en mi bolso, yo traje…”, subí y me puse a buscar en el bolso.
No lo encontraba por ningún lado así que me fije también en la cartera. En ese momento entra a la habitación Franco:

- Acá están… los encontré –dije agitando los cd’s-

Iba caminando hacia la puerta y me agarró desprevenida cuando me besó…
Deje caer los cd’s al piso.
Mientras que nos besábamos y sus manos recorrían mi espalda, me llevó caminando para atrás hasta la cama donde me acostó.
Empecé a desabrocharle la camisa pero él agarró mis manos, las puso sobre mi cabeza y volvió a besarme hasta que llegó al cuello.
Me derriten los besos en el cuello, él lo sabe y se aprovecha de mi debilidad.
Mi respiración estaba alcanzando límites que ni pensé y su mano derecha iba subiendo por mi pierna… hasta que terminamos lo que habíamos empezado la noche anterior en el patio pero que yo no había sido capas de terminar.

Nos quedamos un largo rato acostados, no paramos de besarnos por dos horas mínimo, solo tomábamos milímetros de distancia para tomar aire.
Trajo el postre a la cama; helado de chocolate y limón con frutillas. Trajo una sola cuchara por lo que me dio el helado en la boca y me besó por cada cucharada.

- Me gusta mucho el gusto del chocolate en tu boca –dijo con risa pícara-
- Y a mi me gusta el gusto de tus labios… -dije y lo besé-

Sacó el pote de helado y las frutillas de la cama y salto a hacerme cosquillas.
Después de un rato nos quedamos en silencio y Franco me daba besos en el cuello y me tenia entre sus brazos.
Llegó un momento en que me estaba quedando dormida y estire el brazo para agarrar un almohadón como hago todas las noches.
Cuando lo voy a poner adelante mío para abrasarlo como si fuera una nena con su oso de peluche,
siento la mano de Franco que me lo saca de atrás.
Abro los ojos y doy vuelta la cabeza…

- Hoy yo te abrazo a vos… -me dijo en el oído-

Me besó, me abrazó y nos dormimos los dos haciendo cucharita.

(…)

El resto del fin de semana, (domingo y lunes) lo pasamos igual o mejor que el mismo sábado.
Definámoslos en desayunos en la cama, riquísimos almuerzos, tardes muy divertidas (en las que incluimos a Camel), sin cenas pero con muchísimo postre.

Llegamos a capital el lunes a eso de las siete de la tarde y estuvimos juntos unas cinco horas más.
Supongo que puedo decir que si bien el fin de semana no empezó como yo esperaba, terminó mucho mejor.
Por una lado no hago otra cosa que buscar significado y respuestas a lo que pasó; pero por otro lado quiero dejar pasar el tiempo y disfrutar de esto lo más que sea posible.
Hasta que llegue el momento de poner las cartas sobre la mesa.
Momento que no sé si llegará, y para el cual no creo estar preparada.

lunes, 12 de octubre de 2009

Fin de semana: Todavía no habíamos llegado a las 24 hs

La mañana del viernes fue más tranquila de lo que esperaba… por lo cual me felicite a mi misma.
Me desperté como un relojito a las ocho y me pregunté que hacia despierta a esa hora si no tenia que ir ni a lo de Ana ni a trabajar, pero igualmente decidí levantarme y darme una ducha.
Mientras me bañaba no podía dejar de pensar en él. No nerviosa, pero si con expectativas.
Terminé de cambiarme y fui a comprar algo para acompañar nuestro desayuno (cuando digo nuestro me refiero a Cande y a mi).
Cuando volví Cande ya estaba despierta y preparando café.
Desayunamos y después me fui a encontrarme con mi papá para dejarle los folletos de los lugares que vi hasta ahora para la fiesta.

Antes de ir a casa pasé por la lencería… Necesitaba estar preparada para “cualquier ocasión que se pudiera presentar”, así que me compre un conjunto de encaje negro y otro azul noche (no podía decidir así que me lleve los dos).
Casi a las dos de la tarde volví a casa y después de cerciorarme de que todo estuviera en su lugar me fui a bañar.
Me puse unos jeans, una camisola blanca con rayitas celestes y unas chatitas azules haciendo juego con la cartera. Me seque el pelo, me arregle el flequillo y lo deje suelto.
Faltaban 20 minutos para que el reloj marcara las tres y me senté en el sillón a mirar la tele.
¿Qué más podía hacer?

15:13 suena mi celular…
Jamás toca el timbre y esta no iba a ser la excepción.

Agarré el bolso, mi cartera, me puse mis Ray-Ban y bajé.
Cuando abro la puerta del edificio lo veo que esta apoyado en el capó del auto mordiendo la pata de las gafas que le regalé años atrás y sonriendo… Yo no pude evitar sonreír.
Nos besamos, guardó el bolso en el baúl y nos subimos al auto para comenzar el viaje hacia nuestro fin de semana.

Durante todo el viaje su mano derecha estuvo sobre mi pierna, mi cuello o mi mano.
Nos besamos, nos reímos, hablamos y hubo silencios que no necesitaron llenarse.

Faltando unos 45 minutos para llegar a destino cuando estábamos hablando y Franco quiso llamar a Lucio para sacarse una duda.
Llamaba y llamaba pero no atendía... Seguimos charlando sobre lo mismo y minutos después suena el celular y como estábamos pasando por un peaje me de dice: “Atende que seguro es Lucio”…
Agarro el celular y veo que dice… Julia llamando
Se me borró la sonrisa que tenía minutos atrás.

Me quedé tildada por una milésima de segundo hasta que reaccioné y le pasé el celular sin decir palabra.
Lo agarró, lo miró y después me miró a mi, que me puse a mirar por la ventanilla.

Habló tranquilo.. le dijo que en ese momento no podía hablar y que la llamaba después.
Luego de eso no hablamos por unos minutos, yo no tenía nada que decir y él simplemente no habló.
Al rato empezamos a hablamos de tonterías que ni siquiera me acuerdo, y contando otro rato finalmente llegamos.
Nos bajamos del auto y entramos a la casa. Me agarró de la cintura, me besó y me preguntó si estaba contenta de estar ahí. Le dije que si, tratando de que sonara lo más convincente posible.

Nos organizamos, uno en cada habitación... Cosa que probablemente no hubiera pasado si no hubiera existido ese oportuno llamado (pienso yo).
Fui a la habitación a acomodarme, me lavé la cara y las manos pensando que tenia que levantar mi humor antes de que la cosa se pusiera peor.
Después de todo era algo que yo ya tenía claro y debería tener asumido, así que me até el pelo y fui hacia la cocina.
Tomamos café y nos fijamos que teníamos para cocinar a la noche.
Trate de no pensar en el llamado. Y de hecho nos divertimos bastante hasta la hora de la cena...

A eso de las diez de la noche preparamos todo para comer.
Puso música mientras que yo servia el pollo con las papas y nos sentamos a la mesa.
Estábamos muy tranquilos y agarrados de la mano cuando de repente empezó a sonar mi celular.
No paraba de sonar así que fui a buscarlo y tenía dos llamadas perdidas de Lucio, así que lo llamé.
Mientras llamaba, veo que Franco se levanta de la mesa y se va afuera.
Termino de hablar y lo voy a buscar.

- Ei… vamos adentro? –estaba mirando hacia la pileta, cruzado de brazos con un pucho en la mano-
-
- Franco, te estoy hablado…

-se dio vuelta de golpe- Tan importante era el llamado para que fueras a atender? –dijo de manera sarcástica-
- Y a que viene todo esto? –dije confundida-
- A que vos cortas nuestra cena por un llamado
- A ver si entiendo.. vos podes hablar por teléfono y yo no? –dije ya un poco enojada-
- No tiene nada que ver..
- A no tiene nada que ver?

- No.
- Porque no te vas a cagar Franco…
-me di media vuelta y me fui adentro-

Me puse a juntar la mesa, lavé los platos y limpie la cocina. Cuando terminé me fui a la habitación y vi que la puerta del suyo estaba cerrada… Supuse que estaba ahí.

Estaba furiosa porque no podía creer que habíamos discutido, porque no podemos tener una charla sin terminar mal. Y no hacía ni 24 hs que estábamos juntos.
Me puse mi pijama, me tapé con el acolchado y apoye la cabeza en la almohada.

Dormité de a ratos pero no me podía conciliar el sueño. Daba vueltas de acá para allá así que me levante y fui abajo por un vaso de agua.
Miré un rato por la ventana que da al patio, es de esas que son hasta el piso con vidrios repartidos, y se me acerca Camel, un labrador negro pelo corto que es adorable, para pedirme que lo saque afuera.

En el patio hay una pileta enorme con reposeras alrededor y esta todo muy iluminado.
Camel hizo sus necesidades y después se acostó al costado de la pileta así que me senté al lado de él con las piernas cruzadas en forma de indio.

Después de un rato de estar viendo como Camel dormía escucho ruido que provenía de adentro así que me di vuelta y veo a Franco apoyado en la ventana con un pantalón azul y una remara blanca.
Vino y se sentó a mi lado… no me hablaba, solo estaba ahí.

- No vas a decir nada? –dije sin mirarlo-
- No sé si tengo algo para decir…
-
- Vos necesitas que hablemos?
- Porqué siempre parece que soy yo la única que necesita hablar las cosas? A vos no te dan
ganas de hablar?
- Me parece que estamos mejor sin hablar de determinadas cosas. Cada vez que hablamos terminamos discutiendo, y no quiero.

- … -asentí con la cabeza y me puse a acariciarle la cabeza al perro-
- No es lo que vos pensás… sobre Julia –tardo en pronunciar su nombre y yo me di vuelta para mirarlo- Me di cuenta que desde que me llamó cambiaste, te pusiste más fría.
- Y que queres que haga? Ya sé que todo esto es un juego pero no sé que te pasa a vos con ella, que tenes con ella, y…
-no me dejó terminar y me puso su dedo sobre mi boca-
- No tiene nada, pero nada que ver con nosotros. Vos para mi sos… -tragó saliva y no terminó de decirlo-
- Para vos soy…?

No me contestó pero me besó. Beso que se nos estaba yendo de las manos y yo ya estaba acostada en el piso con él arriba mío. No parábamos de besarnos ni podíamos despegar las manos del cuerpo del otro… Hasta que se me cruzó por la cabeza Julia y todo empezó a desvanecerse.
Deje de besarlo, lo alejé de a poco de mí y le dije que era mejor que nos fuéramos a dormir.
Franco se puso de pie y me ayudó a levantarme.
Entramos con Camel atrás nuestro y cuando estaba por empezar a subir las escaleras me tomó de la mano para darme vuelta y me agarró del cuello para mirarme a los ojos.
Fue solo eso, una mirada, pero marcó el momento en que dos cobardes no tuvieron los huevos bien puestos para decirse lo que se tenían que decir.

- Que descanses –me dijo muy despacito, me dio un tierno beso de buenas noches y me dejó subir.

(…)

PS.: Sé que no esta bueno cortar las cosas en la mitad pero lo hago porque sino no termino más y se va a hacer un choclo. Prometo seguir pronto.

jueves, 8 de octubre de 2009

Si no se arriesga, no se gana

Evidentemente voy a tener que hacer una especie de resumen de mi semana ya que no estuve con mucho tiempo…

El lunes fue de locos… tuve miles de cosas para hacer y creo que si los días tuvieran 48 hs tampoco hubieran sido suficientes.
Ya de por sí a la noche dormí mal y no hice más que dar vueltas y tomar té… supuestamente el té te ayuda a relajarte pero en mi no surte resultado así que a las 5 am me prepare café, (soy de esas personas que toman café a cualquier hora del día/noche sin importar nada… por más que no pueda dormirme).
A las 10 am tenía turno con Ana, mi psicóloga, (normalmente voy los días viernes pero mañana ella tiene que hacer unos trámites y me cambió el día)… Para sintetizar simplemente digamos que llegue tarde.
Cuando salgo de terapia veo que tengo un mensaje de texto de Sol preguntándome por el regalo.. Me dije a mi misma.. “esta se volvió loca, de que regalo habla?”. Resulta que si.. yo era la encargada de comprar el regalo para una amiga en común, y me había olvidado.
Así que iba a tener que salir corriendo para comprar algo.
A las 13:30 pm mi papá me llama para almorzar con él.. y resulta que lo que me almuerzo es que tengo que preparar una fiesta sorpresa para Nora, la esposa de mi padre, que cumple años en un par de semanas.
Luego de esto trabajé hasta las 8pm y gracias a Dios hice a tiempo para ir a casa a dejar unas carpetas y bañarme antes de ir para el cumple de Juana (la amiga de la que me olvide de comprarle el regalo).

El martes; resumámoslo en la relajante ducha que me di cuando llegue después de estar doce horas fuera de casa. Verdaderamente maravillosa, la necesitaba.
A eso de las 11 pm me llega un mensaje de texto:

“Sigo esperando tu respuesta…”
De: Franco

Ups… con todo lo que había estado haciendo en esos días era como que una parte de un hemisferio de mi cerebro había estado bloqueado y obvió ese pequeño detalle.
Quedamos en juntarnos al otro día a la tarde a tomar un café e íbamos a charlar.

El miércoles (ayer), a la mañana empecé a ver lugares y demás cosas para la fiesta para Nora, y es solo el comienzo. Después me fui a trabajar y salí a las 5 pm para encontrarme con Franco.
Hablamos un poco de todo, de cómo iba nuestra semana.. el trabajo, etc. y me dijo que estuvo esperando para llamarme porque quería darme tiempo para pensar sobre lo del fin de semana… “que no me quería presionar” (pero de una u otra forma lo estaba haciendo).
La verdad es que no tubo que pedirme nada, yo ya había tomado mi decisión fuera o no la correcta… y le dije que si.

Hoy fui al trabajo desde la mañana para adelantar algunos asuntos. Almorcé con Cande y a la tarde fui a ver los catering para la fiesta.
Hace un rato preparé un bolso con un poco de ropa ya que mañana a las cuatro de la tarde Franco pasa a buscarme para ir a la quinta…

Quizás no sea lo “correcto”, pero necesito estar con él y ver que me pasa… que siento, y sobre todo necesito saber si puedo aguantarme una "relación" así.

Deséenme éxitos…

A la vuelta les cuento.

domingo, 4 de octubre de 2009

Me tomó por sorpresa

Tanto el jueves como anoche (sábado) salimos todos juntos.
Al final, el jueves no nos quedamos en la casa de Sol y fuimos a un bar a tomar algo y comer unas pizzas.
La noche fue tranquila; podemos decir que la relación de Cande y Lucio prácticamente es oficial y la verdad me pone contenta.
Gabriel, Nico y Sol también estuvieron pero se fueron temprano.
Franco y yo… bueno, nos besamos y seguimos con nuestro “juego” cuando estábamos solos. Lo cual me pareció lo mejor.
Estuvimos un rato más juntos cuando se fueron los últimos en irse que fueron Candelaria y Lucio.
Tomamos algo más y después cada quien se fue a su casa.

El viernes trabajé desde tempranas horas de la mañana y a la noche fui a cenar a la casa de mi papá ya que hacía rato que no lo hacíamos.

Anoche también salimos a tomar algo e increíblemente nos encontramos con Adrián (primo de Cande).
Como siempre pasamos un buen rato. Adrián es de esas personas con la que nunca la podes pasar mal, es divertido, y a la vez se puede hablar perfectamente con él.
El que no la paso tan bien fue Franco...
No se llevan muy bien, hay como una enemistad entre ellos, obviamente provocada por Franco, sabe Dios por qué, a quien no se le ocurre mejor idea que cada vez que lo ve hace algún tipo de comentario desubicado para molestarlo. Pero Adrián no se prende en el jueguito infantil y siempre le contesta con la mejor.

En determinado momento, Cande y yo nos levantamos de la mesa, nos fuimos a pedir un trago a la barra y nos quedamos ahí charlando.
Un rato después veo a Franco que sale a la calle y decido seguirlo.

- Ei –dije ya que estaba de espaldas-
- Ei… -se dio vuelta y se saco el celular de la oreja-
- Uy, perdona no sabia que estabas hablando…
- No… no es nada. Ya terminé.

-En ese momento me dio un escalofrío y él se acerco a mí y me rodeó con sus brazos-
- ¿Mejor? –dijo y me apretó más fuerte-
- Ajam… -estaba muy quieta entre sus brazos-
- No sabes las ganas que tengo de darte un beso justo en este momento… -y fui yo la que no lo dudó y me acerqué esos dos centímetros que separaban nuestras bocas y lo besé-

No sé si fueron dos segundos, dos minutos o dos horas pero para mi fueron eternos.

-Nos separamos cuando nuestros labios lograron desimantarse y me dijo algo que me tomó por sorpresa-

- Vos sabes que estuve pensando y creo que estaría bueno que pasemos tiempo juntos
- …mmm, pasamos tiempo juntos –dije sonriendo-
- Me refiero a tiempo juntos… “solos” –dijo arqueando las cejas-
- Veo…
- Mis papas no van a pasar el fin de semana largo en la quinta y se me ocurrió que podríamos ir nosotros…

En ese momento casi se me puso la mente en blanco. La idea de pasar un fin de semana juntos es algo que no tenía en mente y me descolocó un poco. Pero logre controlarme.

No le dí una respuesta concreta, le dije que tenía que ver como hago para organizarme y que en la semana le contesto… pero la verdad es que no sé que hacer.
Tengo miedo… no de lo que pueda llegar a pasar en sí, sino de lo que puedo llegar a sentir que fue básicamente por lo que inconcientemente estuve evitando las salidas “solos”.

¿Es una estupidez por mi parte tener miedo?, ¿Esto no complicaría más las cosas?... ¿Ustedes que piensan?

P.S.: Para contestar la incertidumbre de muchas que comentaron el post anterior.. no tengo ni la menor idea de lo que pasa con Julia. Lo único que supe fue que hace como dos meses (aproximadamente) fue su cumpleaños y Franco fue con Lucio; y eso me lo enteraré por Candelaria.
Pero.. ¿Qué es de su vida ahora?, ¿La sigue viendo?, etcs… no lo sé.
Y creo que muy en el fondo tengo una vocecita que me susurra las misma preguntas que ustedes me hacen a mí, cada vez que estoy con él.

jueves, 1 de octubre de 2009

No sé donde estamos ni sé donde vamos

Por suerte fue una semana bastante tranquila y puedo decir que aunque sea por unos días mi cabeza no esta dando vueltas como una calesita.

El lunes a la noche Candelaria volvió de Villa y nos quedamos charlando como hasta las 4 de la madrugada. Hablamos de cómo estuvo todo por allá, y obviamente de cómo estuvo todo por acá y lo que me dijo fue: Si a ustedes les hace bien y sobre todo “si vos estas bien”, yo estoy contenta. Pero cuidate. Yo simplemente contesté que iba a tratar. Tampoco puedo prometer demasiado tratándose de este tema.

El martes paso desapercibido: Casa-Trabajo-Casa-Cama

Ayer (miércoles) casi llegando al mediodía Franco me llamó para invitarme a almorzar. Le dije que no podía, que estaba tapada de trabajo y que recién salía a las tres de la tarde, pero me dijo que había problema, que todavía no tenía hambre y que pasaba por mi a esa hora. Le dije que no que mejor nos encontrábamos y media en el lugar donde íbamos a comer.
Puntual, increíblemente, estaba ahí cuando llegue. Se puso de pie cuando yo me iba acercando y nos saludamos con un tierno beso en la boca.
Estuvimos como una hora y media y al principio fue un poquito tensa la situación pero enseguida nos amoldamos. Cuando salimos del restaurant se suponía que íbamos a caminar pero terminamos besándonos en su auto.
Tipo seis de la tarde volví a casa porque le había prometido a Cande acompañarla a comprarse ropa, lo cual sabia que iba a ser una ardua tarea debido a que se recorre todos los locales habidos y por haber y a muchas veces no hay nada que le guste.
La cosa fue que llegamos a eso de las diez de la noche y comimos unos panchos mirando la tele. Más tarde me bañé y me fui a mi cama a leer. Y en medio de mi lectura me llega un mensaje de texto:

“Extrañaba ver tu sonrisa, que descanses.”
De: Franco

Fue extraño leer ese mensaje… pero me gustó. Y también me gustó que nos divirtiéramos como en los viejos tiempos, fue como pensar que estaba todo bien pero la realidad es muy diferente.

Hoy es jueves, y como todo jueves a la noche nos juntamos en lo de Sol; lo cual significa verlo.

¿Será que de si lo veo más seguido voy a lograr inmunizarme?