Llamé a Franco pasadas las doce para decirle feliz cumpleaños, hablamos un rato y después me puse a mirar la tele en la cama con el chancho que dormía como morsa panza arriba.
Antes de la 1 am apareció Franco en casa.
Me moría por abrazarlo como garrapata y llenarlo de besos…
- Me va a costar mucho que pase el enojo? –me dijo abrazándome-
- No estoy enojada…
- Las ganas que tenía de tenerte así… –dijo oliendo mi cuello- te extrañé horrores
- Yo te extrañé más… Feliz Cumpleaños
El sábado a la noche festejamos con los chicos y el domingo al mediodía con su familia, el resto del tiempo estuvimos juntos...
Necesitaba esta recarga de mimos que estamos teniendo desde que volvió, y mucho.