Estoy acá sentada en el sillón, tranquila, leyendo, cuando suena el timbre. Me acerco al portero y pregunto quien es. No lo podía creer.
Minutitos después abro la puerta y ni bien me vio se acercó a darme una cálido abrazo.
Era Nacho, el hermano mayor de Franco.
Desde siempre tuvimos una excelente relación, de hecho lo “conocí” primero, y hace
un tiempo se fue de viaje.
Preparé café y empezamos a charlar largo y tendido, un poco de todo y le dije de que no tenía idea de que estaba en Bs. As.
Me dijo que quería volver antes de Fin de Año y más con los problemas de salud que esta teniendo el padre.
Problemas de salud? Desde cuando Horacio tenia problemas de salud?
Mi cara de ignorancia hacia ese tema fue tal que hasta Nacho se dio cuenta de que su hermano no se había dignada siquiera a contarme eso.
Obviamente que no me lo había contado. Hablar no entra en sus cualidades.
Me quedé callada por un ratito, colgada, en quien sabe que cosas…
Seguimos hablando otro rato y después emergió el asunto Franco-Emiliana.
- No hay una vez que deje de mandarse cagadas este pibe… -dijo como un comentario al pasar-
- No se trata de eso Nachín… yo también cometo errores, somos personas y todos lo hacemos. Es que ya está.. que se yo. Las cosas se terminan, tarde o temprano.
- Me estas queriendo decir que esto no es algo pasajero?
- Desde donde yo lo veo, no.
-se quedó callado, supongo que esperando que diga algo más-
Le dije que yo había llegado a mi límite, que estoy cansada, que hay más cosas que nos separan que las que nos hacen permanecer juntos.
Me preguntó que piensa Franco… fue fácil de responder. No lo sé. No dijo demasiado, ni siquiera lo suficiente para que sacara mis propias conclusiones.
O mejor dicho, las saque, remotamente, pero creo que todo se sintetiza en que no tiene los huevos suficientes para enfrentarme y decirme que le pasa, que siete.
(…)
Hace un rato Nacho se fue… y yo me quedé pensando en todo otra vez…
Quiero mantenerme entera en esto porque voy a mantener mi posición. Pase lo que pase.
Me prometí a mi misma que iba a dejar lo que, de una u otra manera, me hace mal y no estoy dispuesta a torcer el brazo.
Sé que me cuesta, sé que por más fuerza que ponga sigo siendo vulnerable en este punto, pero necesito tranquilidad y un poco paz.
Creo que todos se la merecen; y porque yo no.
Les mando un saludo y un abrazo muy fuerte para empezar este 2010.
Espero que para todos aquellos; cada quien con sus historias, parecidas o no tan parecidas; que se hallan propuesto algo puedan cumplirlo y que no se estanque en el camino.
Muchas Felicidades y gracias por estar.
Que la cuenten como quieran
Hace 8 años