lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Parte del juego?(II): ¿con sentimientos?

Después de que pasaran todas esas preguntas por mi cabeza tomé una bocanada de aire y abrí la puerta del dormitorio.
Cuando llegué al living había acomodado todo sobre la mesita ratona y estaba sentado sobre unos almohadones en el piso. Por un momento me quedé tildada mirándolo y volví a repasar todas esas preguntas que me había hecho minutos atrás. Y un segundo después fui y me senté en frente de él, donde estaba preparado mi plato y mi copa de vino.
Nos quedamos mirándonos uno al otro por unos segundos y después empezamos a comer.
Charlamos mientras cenamos y seguimos haciéndolo cuando se acabó la comida del plato. Me hizo muchas preguntas… sobre el viaje, sobre como la pase, que hice y que deje de hacer. Si no me dieron ganas de volver antes, si conocí a alguien, si extrañé… si lo extrañé a él. Muchas de las cuales no respondí.
Sabía que mis no respuestas generaban un silencio ensordecedor pero no podía contestar. Y si decía lo que realmente pasó era ponerme en una posición de vulnerabilidad que no me agradaba.
Después de un rato fuimos llevando las cosas a la cocina para ir despejando el living porque había traído una peli para que veamos.
Nos trajimos el pote de helado (cosa que siempre hicimos, nada de servir en compotera ni nada) de chocolate y limón junto con las frutillas, pusimos play a la peli y nos sentamos uno al lado del otro en el sillón.
Yo tenía el pote de helado en la falta y él cruzo uno de sus brazos por mi espalda.
Así, tratando de concentrarme en que estaba por comenzar la peli y comiendo el helado, me agarró la mano y empezó a marcar con su dedo índice las líneas de la palma de mi mano.
Después de unos minutos di vuelta mi cabeza para poder mirarlo de frente y decirle:

- Si no desocupamos nuestras manos se nos va a derretir el helado…
- ¿Importa mucho que se derrita? –dijo y fue acercando su cara a la mía hasta que quedaron solo unos centímetros-
- ¿A vos te importa? –dije con tono desafiante-
- No estaría acá si no me importara
- …mmm veo, ¿y que tanto te importa?

- A ver si esto responde tu pregunta… -en el momento en que terminó de decirlo me besó-
Fue como un beso de reconocimiento, fue lento, quizás demasiado. Un beso que probablemente ninguno de los dos quería terminar; pero lo hice.
Separé mi cabeza de él y busqué su mirada. Quería encontrar algo en ella, saber que sentía. Si el tenía las mismas dudas que yo.
Pero de repente su voz cortó mi línea de pensamiento.

- ¿Qué pasa?
- …Nada –dije y agarré el pote de helado que seguía en mi falda y lo apoye en la mesa ratona-
- Decime…
- Ya te dije, nada…
-Me agarró la mano y volvió a acariciarla- Estas distante…
- No estoy distante
–dije a la defensiva-
- ¿A no?.. ¿y entonces? –me dijo y en su mirada había impaciencia-
- Bueno… puede ser –hice fuerza para pararme pero él me agarró y me obligó a permanecer sentada-
- … -no dijo nada, lo miré a los ojos y enarcó las cejas, entonces empecé a hablar-
- ¿Qué es esto?... ¿por qué estas acá?
- Estoy acá porque tenía ganas de estar con vos, y… ¿a que te refería con esto?

- Vos no haces estas cosas… o por lo menos hacia mucho tiempo que no las hacías.
- Y lo que te molesta es…

- Nada, no me hagas caso –por una milésima de segundo pensé en decirle que tengo miedo, que tengo miedo que nuestra “relación” sea solo algo que tenemos cuando tenemos ganas. Pero no lo hice-
- A ver… -dijo y se acomodo como para explicar algo- Emiliana nosotros sabemos como somos, lo que tenemos… lo que nos pasa…
- ¿Y que nos pasa?, digo… porque no me queda muy claro.
- Vos sabes lo que nos pasa… no hace falta que lo digamos. Nunca lo hicimos.


No contesté a esa afirmación. No tenía las fuerzas. Y en cierta forma él tenía razón, nosotros nunca nos dijimos lo que sentíamos. Y cuando digo nosotros enfatizo en que yo no logro aceptar ni reconocer que tengo sentimientos hacia Franco.
O mejor dicho, no le pongo las letras que tendría que tener.

Pero la noche no terminó ahí. Miramos las película uno al lado del otro. Nos besamos varias veces más, y cuando no lo hacíamos me agarraba la mano o me acariciaba la cara. En un momento sentí la necesidad de tenerlo cerca y me recline sobre su pecho.
Estuvimos así en el sillón entre abrazos, besos, caricias, besos, y más besos como hasta la cinco de la madrugada cuando en un momento se me cerraban los ojos y él decidió irse.
Nos despedimos con un largo beso. Apasionado. Por momentos no podíamos despegarnos. No quería que se fuera. Lo quería ahí conmigo, que me abrasara y no pensar en nada.
Pero nos despegamos, y cuando se fue quede con la cabeza apoyada en la puerta y con la sensación de que se me había ido la oportunidad de terminar con ese estúpido juego, pero con el gusto exquisito de sus labios sobre los míos.

sábado, 26 de septiembre de 2009

¿Parte del juego? (I)

Ayer, después de salir del trabajo fui a comprarme ropa. Necesitaba imperiosamente comprarme unos jeans, en realidad me compre dos jeans y una cartera pero no es el punto, y después, para rematar la tarde fui a Starbucks a tomar un riquísimo frapuccino.
Ya camino a casa Lucio me llamó para preguntarme si quería que hacer algo a la noche.
(Vale aclarar que con Lucio nos conocemos desde los 4 años y es el hermano que nunca tuve. Siempre me cuida y siempre esta pendiente mí.)
Al final le dije que no, que mejor lo dejábamos para otro día. Quería estar en casa tranquila, mirar la tele, escuchar música y cocinar algo rico.
La cosa fue que llegué a casa y me puse a ordenar las cosas que compré y se me fueron las ganas de cocinar. Tipo ocho puse música y me fui a dar una ducha. Fácil estuve como 40 minutos bajo el agua, me encanta relajarme cuando me baño. Dejar caer el agua sobre la cabeza y los hombros mientras mantengo los ojos cerrados… es fascinante.
Estuve un rato en bata y después me puse el camisón. Me serví una copa de vino y me senté en el sillón a leer por segunda vez “Las voces del desierto” de Marlo Morgan.
En un momento me dio hambre, miré la hora y eran casi las diez y media de la noche.
Cerré el libro, me saque los anteojos y me paré para ir hacia la cocina y comprobé que no tenía nada para comer.
Volví al living y puse un cd de Missy Higgins y cuando me senté en el sillón me llegó un mensaje de texto:

“¿…me abrirías la puerta corazón?"
De: Franco

Al leer el mensaje me invadió una sensación de confusión y no logré comprender.
Así como estaba, tratando de interpretar el mensaje escucho que golpean la puerta.
Instantáneamente pregunte quien era y me acerque a la puerta con el celular en la mano y me contestó la única voz que me hace estremecer.

“Soy yo…” –dijo desde el otro lado de la puerta-
En ese mismo momento abrí la puerta y me lo encontré a un metro mío con bolsas en la mano.

Antes de que yo pudiera decir nada, me dijo:

- ¿Puedo pasar? –cruzó el marco de la puerta y me dio un beso en el cachete-
De repente ese beso me hizo reaccionar y le dije, “ya estás adentro”… mientras que cerraba la puerta.
Le pregunte como había hecho para entrar al edificio y me dijo que había tocado el timbre de Alejandro (el portero) y que como lo conocía y le dijo que me quería dar una sorpresa le abrió la puerta.

- No puedo creer que hallas hecho eso Franco… -lo miré, me sonrió y después terminé sonriendo yo-
- Hay muchas cosas que no creerías de mi.
- Mmm.. ¿Cómo cuales?

- A no, no te va a ser tan fácil averiguarlas –dijo y me guiñó el ojo-

Cuando caí en que lo de “cenar juntos” iba en cerio le dije que me esperara un ratito y me fui a cambiar.
Me dije a mi misma, “pensá”. Me puse unos jeans y una remera básica de algodón blanca.
No era correcto quedarme en camisón y sobre todo sin ropa interior.
Cuando terminé de cambiarme y antes de salir de la habitación se me cruzaron miles de preguntas por la cabeza.
¿Qué significaba que estuviera él acá?, ¿Significaba que le importo?, ¿Significaba que me quiere?, ¿Si a mi esa situación me ponía así… significaba que a mi también me importaba?, ¿Todo esto era parte del juego?, ¿O qué era lo que estaba pasando?.
Ninguna de esas preguntas que formulaba mi cerebro tenía respuesta.
Lo único que sabia era que él estuviera a tan pocos metros míos y que estuviéramos solos me hacía sentir de una manera muy extraña. Sabía que era un desafío y necesitaba pasarlo.
Fuera o no parte del juego.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Hasta el lunes

Estoy sola en casa. Cande se fue a pasar el fin de semana a Villa la angustura. Sus tíos tienen casa allá, siempre están yendo y viniendo y esta vez se fue con ellos.
Hoy almorzamos juntas y no sé bien como pero empezamos a hablar de Lucio.

- Perdón… Lucio? Como fue que llegamos a él… -dije riéndome-
- ¿Vos pensas que podría funcionar algo entre él y yo?
- Ehhh… no sé que decirte, me dejaste helada.
- Es que no sé, tengo miedo de arruinar todo.
- Mmm, ¿y por qué?
- Y pensa.. si no funciona a la mierda nuestra amistad.
- Ajam, entiendo lo que decís.

- Pero bueno, cambiemos de tema –dijo haciendo muecas-
- Jajaja.. okay cambiemos de tema –dije revoleando los ojos-
- … ¿y Fran? –dijo y a mi casi se me atraganta la comida-
- ¿Qué con Franco? –dije tratando de ser indiferente-
- Sé que no quisiste hablar en estos días, pero… ¿otra vez el mismo juego?. Yo te banco en lo que sea Emi y lo sabes, pero…
- ¿Pero qué?.. me va a hacer mal, me va a pasar lo mismo que siempre. No va a ser así esta vez Cande. No puedo mantenerme alejada de él, pero puedo jugar con “mis” reglas.

- ¿Por qué no hablas con él?, se sinceran… los dos tienen cosas que decirse eso se cae de maduro. –mientras que decía eso yo apoye los cubiertos en el plato y negaba con la cabeza-
- No.. no..no. –seguía negando con la cabeza- nosotros no tenesmos nada que decirnos.
- Esta bien. Es tu decisión y yo no me puedo meter, pero soy tu amiga y me preocupa lo que te pueda pasar con todo esto. Me acuerdo de cómo estabas cuando llegaste a España y se me pone la piel de gallina.

- -no me salían palabras, yo también tenía presente como estaba yo cuando me fui-
- ¿Qué pensás?
- En que Ana (mi psicóloga) me dijo casi lo mismo que me estas diciendo vos ahora..
- Me imagino…

-Pero no te preocupes Cande… yo estoy bien. Esto es un juego y yo voy a jugarlo.


La llevé a la casa de su tía, no sin antes pedirme que cualquier cosa la llamara y que me cuidara. Voy a estar sola prácticamente cuatro días. Los cuales espero… sean buenos.

martes, 22 de septiembre de 2009

Que empiece el juego

Habíamos quedado en encontrarnos en el pool a la 1 am, pero a Sol, Cande y mi se nos hizo temprano y llegamos antes. Nos sentamos en la barra mientras que Cande se estaba mandando mensajes de texto con su primo quien aparentemente se nos iba a unir.
Prácticamente pisándonos los talones llegó Adrián, el primo de Cande, a quien yo ya conocía, junto con dos amigos más.
Tomamos algo y al rato nos pusimos a jugar al pool. Pasamos un muy buen rato, nos divertimos y nos reímos un montón, y justo que estábamos tentados por como jugaba Sol llega Lucio. Nos saluda y nos dice que Franco había ido a llevar el auto a un estacionamiento porque no encontraba lugar donde estacionar.
No sé si no le preste demasiada atención o si era porque me estaba divirtiendo, pero seguí jugando.
Unos minutos después terminamos y los chicos pidieron una picadita.
Los chicos fueron a sentarse a la mesa y nosotras seguíamos riéndonos de Sol.
En eso lo veo a Franco que recién había entrado y nos dice con tonito irónico aparentemente la están pasando muy bien… Las chicas hicieron chiste respecto al comentario, pero yo no podía articular palabra ya que no podía dejar de reírme.
Fuimos todos a sentarnos a la mesa y al rato Lucio fui a pedir unas fichas para el pool.
Yo seguía sentada charlando con Adrián, que hacia rato no lo veía.
Para esto ya todos estaban alrededor de la mesa de pool preparados para jugar y Franco se acerca a y nos dice (a Adrián y a mí):

- ¿Juegan?
- …mmm, no, jueguen ustedes –dije-

Estuvimos ahí sentados charlando como dos horas de cuando éramos chicos, resulta que fuimos juntos a jardín de infantes, y nos estábamos riendo de esas épocas.
En determinado momento me llega un mensaje de texto:
1 mensaje de Franco: pensas seguir conversando por mucho tiempo?.. Dí vuelta la cabeza para el lado donde estaba y lo vi mirándome, sentado en una mesa con un baso en la mano.
Traté de volver a concentrarme en la conversación pero no pude, otra vez y como siempre Franco acaparó todos mis pensamientos.

Minutos después… otra vez el celular: 1 mensaje “OTRO” de Franco: se supone que lo tengo que tomar como un sí?

Le dije a Adrián que me perdonara pero que tenía que hacer algo. Me levante de la mesa, me acerque a Franco y le dije si no podíamos salir afuera a hablar. Él se sonrió, con esa típica sonrisa de ganador, se paró y me dijo: las damas primero.
Salimos a la calle y él venía atrás mío riéndose.

- ¿De que te reís?

- De esto me río… -dijo y me agarro de la nuca y me dio un beso-

Primero fue fuerte, intenso, desenfrenado. Quise negarme… intenté negarme pero no pude… no quise. Y de un momento a otro el beso se convirtió en algo tierno, dulce, romántico.

Todavía sosteniéndome de la nuca me separa y me dice:

- Me moría por volver a probar esos labios…
- … Terminemos con esto Fran –lo dije con los ojos cerrados y sonó a súplica, pero costaba concentrarme teniendo su mirada clavada en la mía-
- ¿Por qué?, ¿Ahora no queres jugar?..
- …Jugar –dije mientras que le sacaba la mano que tenía en mi cuello. Me hizo acordar a nuestra relación siete meses atrás y no pude evitar ponerme mal-

No sirvió de mucho que le sacara la mano porque nos volvimos a besar. Y otra vez fue un beso dulce y lento. Suave. De los que me hacían caer rendida en sus brazos.
En un momento sentí un click en la cabeza y pensé en que no podía dejar que me pasara lo mismo que siempre. Entonces me separe… me costó horrores pero lo hice y dije:

- Juguemos, pero esta vez… yo elijo cuando –me sonreí, volví a darle un beso y volví adentro dejándolo a él en la puerta.

Ayer, 21 de septiembre, Día de la Primavera recibí un ramo de rosas blancas y en la tarjeta decía:

“Por la paz y por nosotros… que empiece el juego”
Feliz día de la primavera…

Franco

No sé si hice bien o mal. Lo cierto es que no pensé. Solo quería sentirlo cerca mío, sentir su aroma, su piel, sus manos y sus labios imantados con los mios.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Cóctel peligroso

En estos dos días sinceramente trate de no pensar demasiado, y creo que me fue bastante bien.
Después del mensaje del jueves a la noche le siguieron otros a los cuales me vi obligada a contestar para tratar de normalizar las cosas. Traté de ser objetiva y contestar como si nada me pasara y lo logré.
Después de todo, en unos simples mensajes de texto no hay que esforzarse demasiado ya que es poca la expresión que pueden llegar a tener.
No voy a negar que se me hacía un nudo en la boca del estómago cada vez que leía en el celular:
1 mensaje de Franco, pero soy conciente de que tengo que solucionar lo que me pasa porque no puedo evitar verlo.
Principalmente porque compartimos los mismo amigos y segundo porque me cueste o no aceptarlo va a llegar el momento de la famosa charla que queda pendiente entre nosotros y no voy a poder negarme… ¿o es que podré?

Hoy salimos todos juntos, y quiero pasar una buena noche junto a mis amigos…
Espero que sea posible; pero más espero ser fuerte y no caer ante su mirada, su voz, y sus palabras que forman, para mí, un cóctel demasiado peligroso.

jueves, 17 de septiembre de 2009

No cumplí

La fija de todas las semanas es que nos juntemos en la casa de Sol para pasar un rato todos juntos y divertirnos. Dependiendo de cómo estemos con los tiempos, nos juntamos los jueves o los viernes. Y esta semana tocó jueves. Es decir, hoy.

La verdad es que en estos días estuve tratando de pensar donde estoy parada respecto a Franco, y lo que siento. Pero no sé que hacer, y ni siquiera sé si pensar o no.
Tengo miles de cosas dándome vueltas en la cabeza y como evidentemente no tengo nada decidido, preferí quedarme en casa y descansar un poco aprovechando que me quedaba sola.

Cande trató de persuadirme para que fuera con ella, pero no lo logró.

- Dale vení! Vamos a pasar un lindo rato… como siempre.
- …si, un lindo rato –
dije pensativa y después seguí con lo que estaba haciendo-

(…)

- Vos no querés ir por Fran…
Me senté en el sillón y me puse las manos tapándome los ojos.
- No puedo verlo. Lo ví la semana pasada y no paré de pensar en él… y si lo veo de vuelta me va a estallar la cabeza.
- Emi vos tenés que hablar con él, no pueden estar así. Sino vas a empezar a distanciarte otra vez… te conozco.


La cosas fue que después no quería irse para no dejarme sola, pero la convencí de que necesitaba estar sola para relajarme.
Aprovechando que se fue temprano para lo de Sol, me puse a acomodar, me dí una relajante ducha y después me puse a ver una peli en pijama y tapada con una manta en el living.
Hace un rato me vine a la cama para tratar de recuperar horas de sueño debido a las tres noches que hace que no puedo dormir… y hace 5 minutos me llegó un mensaje de texto:

“Contaba con verte hoy… se te extraña.”
De: Franco

martes, 15 de septiembre de 2009

El reencuentro

El martes pasado saliendo del trabajo, tipo siete de la tarde me llega un mensaje de texto:

“Emi espero que ya estes saliendo, xq Sol organizo una cena en la casa y quiere que vallamos todos para allá.. yo ya estoy en casa..”
De: Cande

Cuando llegué acomodé unas cosas y me fui a bañar.
Se nos hizo tarde ya que pasamos a buscar el helado (que siempre llevamos cuando nos juntamos), pero tipo nueve de la noche estábamos listas.
En 15 minutos habíamos llegado al departamento de Sol, donde ya estaban Gabriel y Nico (dos amigos).
Nos saludamos y nos abrasamos, yo había estado seis meses afuera, pero a Cande ya hacia 2 años que no la veían personalmente.
Habremos estado unos veinte minutos y Nico preguntó si alguna sabia donde estaban Franco y Lucio (Lucio es una amigazo de toda la vida y si no fuera porque Franco y él tienen diferentes padres, serian hermanos).
En el momento en que escuché ese nombre es como que se me hizo un nudo en la boca del estómago. Hacia rato que no sabía nada de él, y con lo rápido que Sol había organizado todo no tuve tiempo de detenerme a pensar que me iba a pasar cuando lo viera.
Un rato más tarde se escucha el toc toc de la puerta. Cande va a abrir y ahí estaban, Lucio y Franco, en ese orden.
Lucio abraza a Cande y después viene directo a abrazarme a mi.

- Era hora que volvieran eh… se las extraño!
- Es bueno volver a casa –
dije estando abrazada a Lucio mientras que no podía sacar la mirada de Franco que también me miraba.

Lucio se corre y Franco queda justo en frente mio. Después de unas miradas él es el que cruza esos tres pasos que nos separaban para abrazarme.
De repente sentí que me ponía pálida y que me faltaba el aire mientras que sentía su respiración justo al lado de mi oído.
Se fue alejando de a poco y no me dijo nada, solo volvió a mirarme a los ojos y después fue con los chicos.
Estuvimos un largo rato charlando y después nos dimos cuenta de que nos habiamso olvidado las frutillas en el auto.

- Yo voy a buscarlas –dije mientras me levantaba a buscar las llaves y me acercaba a la puerta.
- Voy con vos –dijo Franco mientras que agarraba sus cigarrillos que estaban en la mesa y venia hacia la puerta donde estaba yo-

No dije nada, simplemente deje la puerta abierta a mis espaldas y fui a pedir el ascensor que estaba unos metros a la izquierda.
Pasaron unos minutos, el ascensor no venía y nosotros no hablábamos.
Yo… ni siquiera lo miraba.

- Mirame un segundo –me dijo mientras me agarraba la cara para girarla.
- …
- ¿No me vas a hablar?
- No te hablo porque no tengo nada que decirte –corrí la cara y toque el botón para pedir el ascensor nuevamente.
- ¿Por qué no me avisaste que te ibas?, ¿ni tampoco que llegaste hace tres semanas? -dijo
- ¿Y porqué tenia que avisarte? –dije seria y mientras se abría la puerta del ascensor.
- Pasa mejor… -y mi hizo seña con la mano para que entre al ascensor.

Mientras que bajábamos los ocho pisos que nos separaban de la planta baja yo trataba de aguantar todas las palabras que querían salir de mi boca… pero llegó un momento que no pude conmigo misma.

- Ymm… ¿Cómo esta Julia? –dije rápido y sin pensarlo… después me arrepentí. (Julia es la chica con la que fue al pool hace meses atrás)
- ...esta bien –dijo después de pensarlo por unos segundos.
- Que bueno -dije y fui saliendo del ascensor porque ya habíamos llegado a la planta baja.
Salimos del edifico y fuimos hacia el auto a buscar las frutillas.
- Listo ya las encontré –dije mostrándole la bolsa.
Cerré el auto y tenia la intención de ir entrando, pero…
- Para un minuto –me dijo y me agarró del brazo.
- ¿Qué? –dije tratando de esquivarle la mirada-
- ¿Te molestó verme con ella esa noche en el pool?
- Franco... eso fue hace bastante tiempo –dije nerviosa.
- ¿Y…? que me importa si fue hace dos minutos o hace tres años. Te estoy haciendo una pregunta y quiero que me la contestes.
- ¿Y en que cambia si me molestó o no?
- Por favor decime si te molestó.. –acercándose más a mi.
- No sé si te acordas… -ironía- pero vos fuiste el que dejo bien en claro que no me podía molestar nada de lo que hicieras porque no tenia derecho –y me solté de su mano que estaba teniendo mi brazo- ¿Vamos subiendo?

La “charla” se terminó ahí. En el ascensor nos apoyamos uno en cada pared y nos miramos sin decir ni una sola palabra.
La noche siguió, dentro de todo, tranquila. No hablamos entre nosotros, pero las miradas eran ráfagas cargadas de mensajes.
Tipo 2 am decidimos irnos. Bajamos todos juntos. Cande ya estaba adentro del auto y cuando yo estoy por abrir la puerta para entrar se acerca y me dice al oído.

- Sé que te molesto… por más de que halla pasado hace “bastante tiempo” –se sonrió y me dio un beso en el cachete- Buenas noche corazón.

Eso paso hace una semana y hoy no puedo sacarme a Franco de la cabeza.
Por un lado pensé que todo lo que me pasaba con él se había terminado en el momento en que tomé el avión, que por fin podía dejarlo atrás. Pero más bien pienso que se anestesió por la insistencia de Cande de que estando en España tenia que estar tranquila y olvidarme de todo.

Quiero llamarlo… quiero verlo… pero no quiero dar el brazo a torcer y que vea que me importa.
Pero principalmente, quiero saber que le pasa a él.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Un poco de mi

*
Mi nombre es Emiliana, tengo 22 años y van a hacer 3 años que vivo sola en un departamento en un conocido barrio de la Capital de Bs. As. ya que mi padre se caso por segunda vez y yo me negué a permanecer bajo el mismo techo.
No por que no me cayera bien la nueva esposa, sino que desde chica me acostumbré a ser independiente y estar sola por tiempos prolongados debido a los viajes que hace mi padre por su trabajo de piloto.
Las largas ausencias de mi padre provocaron que mi madre se quisiera divorciar cuando yo tenía 13 años. Viví dos años con ella pero después quiso ir a vivir a Estados Unidos, y contrariamente a muchos adolescentes decidí quedarme con mi padre en Bs. As. por más de que sabía que iba a extrañarla.
*
A los 17 años me puse de novia con Franco. Siempre hubo esa especie de atracción y ese histeriqueo. Compartíamos los mismos amigos, frecuentábamos los mismos lugares… siempre que estaba uno ahí estaba el otro.
La pasábamos muy bien juntos y llegó el día en que en una salida con el grupo encontró la palabra para formalizar lo que teníamos… “novios”.
Pero definitivamente para él no significaba lo mismo que para mi. Solo que al principio no me di cuenta.
Contando desde ese momento, estuvimos de novios un año y dos meses. El primer tiempo todo parecía del bendito color rosa. Pero no tardé en caer en la realidad de que las cosas estaban mal.
Nunca creí que las relaciones fueran perfectas y siempre odié el color rosa.
Siempre había algo o alguien, cualquier cosa estaba primero. No importaba de que se tratara, estuviéramos donde estuviéramos Franco dejaba todo y salía a socorrer a quien fuera como si fuera Superman.
Y así fue, lo que siempre le había reprochado a mi papá, Franco lo estaba haciendo en nuestra relación, estar ausente.
A la larga lo nuestro ya no iba ni para atrás ni para adelante y un día él decidió que no podíamos arreglarlo ya que no sabía lo que quería. Así que nos separamos.
Me dolió pero fue lo mejor para los dos.
*
Después de terminar la secundaria fui a visitar una época a mi mamá ya que hacia largo tiempo que no la veía. Meses después volví para anotarme en la facultad y como era de esperarse nos reencontramos con amigos y salíamos siempre todos juntos. Con el correr del tiempo me fui dando cuanta de que no era indiferente a él, que cada vez que cruzábamos miradas no importaba nada más y así empezaron los derechos a rose.
A la corta o la larga terminábamos juntos, pero no había una sola vez que no discutiéramos.
Así fue pasando el tiempo, nunca volvimos a estar de novios pero era claro que había algo entre nosotros porque siempre que se hacía un vacío no hacía falta más que una mirada para saber que nuestros labios iban a terminar juntos para llenarlo.
Nuestra relación era así, caricias, abrazos, besos, ratos juntos vs. peleas, discusiones sin sentido (ya que no nos debíamos nada), caras de culo, comentarios fuera de lugar y un sinfín de sin sentidos que no nos conducían a nada.
Pero cuando hace 7 meses lo vi llegar a una reunión con amigos agarrando la cintura de esta chica metro setenta, tes blanca, castaña pelo largo, flaca, bien vestida, fue como recibir un cachetazo que me hizo la cabeza giratoria.
Una semana después hable con Candelaria, mi mejor amiga de toda la vida que estaba en España, y fui a pasar un tiempo con ella. Llámenlo como quieran, pero necesitaba aire… un aire que pegada a él no podía encontrar.
Hoy después de seis meses de viaje, hace tres semanas que volví a Bs. As. con Cande que esta viviendo conmigo y vi a Franco hace 5 días.
Y puedo decir que fue un reencuentro bastante fuerte.