Anoche, pasadas las ocho y media estábamos con Cande en una heladería y me llamó Ian para invitarme a tomar algo.
No sabía que hacer porque recién habíamos salido de casa pero Cande me hacia señas para que fuera.
Volvimos a casa y me cambié la musculosa de algodón por una musculosa de modal color marrón y arriba una de esas blusas de gasa que se trasparentan color natural y en los pies unas chatitas combinando con la blusa.
Segundos después de terminar de cambiarme tocó el timbre y bajé.
Fuimos a tomar unos tragos y también bailamos. No dejó de decirme cosas en el oído en todo momento.
Sus manos en mi cintura, nuestras respiraciones agitadas por el calor insoportable del lugar y sus besos eran terriblemente tentadores.
Fuimos un rato más a la barra y después nos fuimos.
Camino al auto le pregunté como estaba con la mudanza y me dijo que bien pero que todavía era todo un lío y que por eso no me había invitado.
Le hacía chistes y le dije que claro, que no iba a mostrar su parte desordenada, que no era posible… lo dije tratando de imitar su voz y buscando una forma de desafiarlo.
Nos subimos al auto y arranco sin decir nada. Un rato después llegamos a la puerta de un edificio en el mismo barrio en donde fuimos a cenar la primera vez y entro el auto en la cochera.
Estacionó, se bajó y fue del otro lado para abrirme la puerta.. yo me estaba riendo.
Me bajé y me arrinconó contra la puerta y a centímetros de mi boca me preguntó de forma pícara de que me reía y me beso.
Subimos a su departamento… muy lindo por cierto, con grandes ventanales que dan a la calle. Paredes blancas, sillones negros de cuero, equipo de música en el piso y muchas cajas por todos lados, por la reciente mudanza.
Me acerqué al ventanal para ver la vista.
- Es muy lindo Ian –dije dándome vuelta buscándolo, estaba poniendo música-
Se fue acercando de a poco con su mirada clavada en la mía y mostrándome su sonrisa contagiosa.
- Sabias que tu sonrisa es contagiosa? –le dije sonriendo yo también-
- Me lo habían dicho… -dijo pícaro-
- Me imagino –dije poniendo mi mano derecha en el cuello y haciendo una especie de masaje-
- Que tenes?- Estoy un poquito contracturada- Vení… -dijo extendiendo su mano derecha, había un banco de esos altos y me hizo sentar ahí y me corrió el pelo para un costado y empezó de a poco a hacerme masajes-
Me saqué la blusa de seda y me quedé con la musculosa. Me hacia masajes desde el cuello hasta los hombros y presionaba con los dos dedos gordos el centro de mi nuca.
Mientras tenía mis ojos cerrados gracias a esos masajes fantásticos y relajantes iniciaron los besos en la espalda.
Me di vuelta, para estar frente a frente, y empezamos a besarnos.
Mis manos se aferraron a su cuello, mientras que las de él estaban en mi espalda por debajo de mi ropa.
Me pare del banco mientras que le sacaba su remera y la dejaba caer a un costado.
Tardamos en llegar hasta la habitación, en el camino me saco la musculosa y nos empujábamos contra cada pared que se interponía en nuestro camino.
No tardó en encontrar mi punto débil, los besos en el cuello y sus manos en infinitas partes de mi cuerpo impedían cualquier tipo de pensamiento racional.
De alguna manera logramos llegar al cuarto… besándonos y acompañando mi cuerpo con el suyo me fue recostando en la cama.
Desde mi boca, cuello y hombros fue bajando por mi pecho hasta mi panza.
Muy delicadamente fue desabrochando los botones de mi jean y a medida que los iba bajando iba recorriendo mis piernas con besos.
…Y bueno, el resto pueden imaginarlo por si solos...
Ian fue muy dulce y tierno en todo sentido. Sus caricias me hicieron sentir bien y cómoda en todo momento.
Estuvimos un rato juntos y después le pedí que me llevara a casa porque me tenía que levantar temprano y no tenía ninguna de las cosas que necesitaba para empezar el día siguiente.
A eso de las dos de la madrugada me llevó hasta casa y me despidió con muchos besos.
Ian me gusta… mucho… y me atrae demasiado pero más allá de eso anoche cuando entré al departamento y cerré la puerta me quedé ahí parada por un rato.. me sentía rara; me siento rara, y se me hace confuso verme así ahora, con él.
Pero bueno, supongo que es algo raro pero con connotación buena.