domingo, 18 de abril de 2010

Solo depende de mí

Una parte de mí me dice que tendría que ser fiel a mis primeros pensamientos y estar realmente sola por un tiempo. Pero otra parte pienso que esta bien que trata de empezar algo con Ian, sea a donde sea que esto me lleve.

Rara como con cada decisión que tomo en el último tiempo, el lunes le prometí a Ian que iba a poner de mí para que nuestra “relación” funcione.
Él me dijo que esta dispuesto a respetar mi decisión de tomarnos todo con calma y darme espacio; de que nuestra relación siga así como hasta ahora.

Así que más allá de mi rareza.. me siento más tranquila. Después de todo era lo que yo quería y si lo pienso, que esto funcione, solo depende de mí.

domingo, 11 de abril de 2010

No era mi día

Viernes; me levanto, pongo a preparar café, me baño, tomo el café mientras me cambio, agarro mi cartera y todas las cosas que tenía que llevar al trabajo ya que cuando saliera de terapia iba directo para allá y
salgo del departamento.
Bajo, y ya afuera del edificio me doy cuenta que me faltaba una bolsa.

Dejo las cosas en el auto y vuelvo a subir. Agarro lo que me faltaba y salgo otra vez.
No sé si había transito o era yo que estaba apurada por no llegar tarde y me las cuadras me parecían eternas. Definitivamente algo pasó porque llegué 20 min tarde.

Saliendo de lo de Ana, voy bajando las escaleras y me empieza a sonar el celular. Trato de agarrarlo pero no sé como se me resbala de la mano y se me cae.

Lo agarro y la pantalla esta tildada.

Ya una vez en el trabajo lo desarmo y vuelvo a armarlo a ver si funciona. Aparentemente algo de vida le queda y reviso las últimas llamadas… tenía 3 perdidas de Ian

Lo llamo desde la oficina y le explico lo que pasaba con mi celular.. hacia dos segundos que estábamos hablando y alguien me interrumpe diciéndome que me necesitaban.

Le dije que después lo llamaba y le corté.

La cosa ese día no estaban dadas para mí, en el trabajo todo era un problema, así que desistí y alrededor de las dos de la tarde llamé a Cande para ver donde andaba y quedamos en juntarnos en X lugar para comer.

Ya más tranquila, comiendo con Cande y viendo que mi celular tenía señal, volví a llamar a Ian pero no me atendió.

A eso de las cuatro fuimos con Cande a la clínica a ver como estaba Horacio y nos enteramos de que si no hay ninguna complicación, en la semana le dan el alta.

Fuimos a tomar un café con Franco y ahí se nos unió Lucio.
Hablando un poco de todo, a Lucio se le ocurrió que nos podíamos juntar a la noche en su casa.
Lo convencieron a Franco para que fuera y arreglaron la hora. Después de todo hacía una semana que estaba prácticamente todo el tiempo en el hospital y esta bueno que se despeje.

Ya devuelta en casa fuimos con Cande al super y en el camino seguí tratando de comunicarme con Ian.

Las horas pasaron y las 22 hs partimos para lo de Lucio.
Llegamos y Lucio nos dijo que ya había pedido las pizzas y que tenía que ir a comprar bebidas; así que Cande y yo nos quedamos solas.

Aprovechando el momento fui en busca de mi celular para tratar por enésima vez en el día de comunicarme con Ian.

- No me contesta… -dije apoyándolo en la mesa-
- Porqué no lo llamas mañana?
- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy… -dije cargándola-
- Hablando enserio, que pensas hacer con Ian?
- Tratar de que funcione de esta forma, como veníamos hasta ahora…
- Y esta de acuerdo con eso?

- No sé. Supongo que si me llamó es porque algo estuvo pensando. No? –dije dudosa arrugando la frente-
- Si puede ser -dijo y se quedo pensando un segundo- Mejor llamalo antes de que lleguen… -dijo refiriéndose más a Franco que a Lucio-

Seguí llamando pero seguía sin atenderme.
Al rato llegó Lucio y 15 min después Franco.

En medio de risas y chistes empezó a sonar mi celular. Me puse pálida y fui a agarrarlo rápido y vi que era Ian.

Me fui al baño y atendí ahí.

Cuando salí los Cande y Lucio estaba en la cocina buscando en helado, así que me quedé sola con Franco.
Hablamos unos minutos y después se hizo un silencio que él mismo rompió.

- Era Ian… el que te llamó, no? –dijo con voz tranquila y suave-

Lo miré y sentí algo en el pecho. Los dos nos quedamos callados y segundos después apareció Cande con el helado y las cucharitas en la mano.

Definitivamente no era mi día.

P.S.: Mañana (lunes) a la tarde me junto con Ian a tomar un café en el mismo lugar de la vez anterior.

miércoles, 7 de abril de 2010

Pascuas complicadas... días muy complicados

El viernes a la noche internaron de urgencia al papá de Franco por un ataque al corazón.
Gracias a dios pudieron estabilizarlo y lo operaron.

Desde el sábado a la mañana ni bien nos enteramos de lo que había pasado nos instalamos (cuando digo “nos” me refiero a Lucio, Cande y yo) en la clínica para acompañar a Franco, Nacho y Sara.

Sabrán la tensión que se vive en esos momentos en que no sabes lo que va a pasar, en los que esta en juego la vida de una persona y todo lo que provoca los nervios del momento.

Ya hoy esta todo más tranquilo, …todos estamos más tranquilos sabiendo que lo más grave ya pasó y que Horacio esta mejorando.

jueves, 1 de abril de 2010

Pensar

Ayer fui a la casa de Ian.
No sé como, ni porqué, así como en un momento estaba sentada mirando la tele, dos segundos después estaba agarrando las llaves y saliendo del departamento.

Eran aproximadamente las cinco y media de la tarde y yo estaba tocando el timbre de su casa.

Abrió la puerta y sin que yo dijera nada me invitó a pasar.

- Me imagino que lo pensaste y estas dispuesta a hablar –dijo a mis espaldas-
- En realidad no lo pensé… pero quiero que hablemos
- De Franco
–dijo Ian-
- De nosotros –retruque-
- De nosotros.. –dijo mirando para el suelo- desde cuando hay un nosotros?
- Entiendo que estés enojado, pero la verdad es que no tenes porque.
- A vos te parece que no, después de que me entero que para vos soy una figurita de intercambio?
- No es verdad, lo que menos quiero es que sientas eso. Si todo esto empezó fue porque me haces sentir bien, porque me atraés… No sos cualquier persona para mí.

- Y Franco? –dijo sentándose en un banco que estaba a unos metros míos-

Era evidente que no podía evitar hablar de Franco, pero yo no quería hablar de él.
No era innecesario contarle toda la historia así que simplemente le dije que para mí era un tema cerrado y que era parte de mi pasado.
Me preguntó porque nos separamos y le conteste que “por nada puntual y por todo en general..”

Seguimos hablando un rato más… en realidad fui yo la que hablo.
Le aclaré que mi decisión de no querer que nadie se entere de nuestra relación no era por Franco, sino que era algo mío, algo que seguramente iba a tener que modificar.


Me dijo que necesitaba creerme pero que también necesitaba pensarlo.
Todos necesitamos pensar en realidad.