domingo, 23 de octubre de 2011

Niñera a prueba de balas

Lucho llevaba preparando todo hacía dos semanas… y yo mordiéndome la lengua y apurándolo a él porque no me aguantaba el secreto.
Le propuso casamiento a Cande, y nosotros fuimos los encargados de cuidar a Helena para que la noche fuera redonda.

Para mí no fue la primera vez, ya que a veces pasamos tiempo las dos solas cuando Cande trabaja, pero si era la primera vez que esas horas se extendían a una noche entera y fue diferente.

Cuando la trajeron llegó semi dormida y pensé “Genial, ya está dormida…”, pero me equivoqué… una hora después estaba con los ojos como dos huevos y fue terrible hacer que vuelva a dormirse.
Estaba más pila que Franco y yo juntos, no sé de donde saca tanta pila con ese cuerpito tan chiquito.
Gateaba por la cama y gritaba con un ímpetu y unas ganas, con decir que Enko se fue a dormir al living… y eso ya es demasiado.
Se durmió cerca de la 1:30 de la madrugada y la verdad, me sentí realizada cuando por fin pude verla así de tranquila y dormidita.

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