Jaque mate

Cosa de locos, hasta nuestro mismo cuerpo nos pasa factura de los quilombos emocionales.
La cabeza no me da tregua, y los suspiros profundos no sirven para despejar la mente… por más que desee con todas mis fuerzas que pase lo contrario, es así.

“Estás para juntarte con palita”… me dijo Flor, y tiene razón, para que me gasto en negarlo.

El sábado a la noche, después de una semana sin tener ningún tipo de contacto, Franco aparece en casa, así de la nada, BOOM, estaba ahí del otro lado de la puerta.
Me derretía por abrazarlo, colgármele del cuello y llenarlo de besos, sentía una línea de fuego que me recorría desde el centro del cuerpo.
Stop. Compostura. Gallina.

- Te invito a que salgamos a caminar… -y su media sonrisa pícara que le queda pintada-
Me negué, estaba bien firme en mi postura, o eso creía.
- A ya sé, es que todavía tengo que darte un par de días más…

Jaque mate. Touché. Knock out. Vale 4.
Ok, vamos.

Hablamos de lo que pasó, de la pelea, de lo que nos pasa a los dos. Me dijo que se mordió los dedos durante toda la semana para no mandarme mensajes ni llamarme.

- No quiero parecer ansioso pero lo estoy –dijo y no pude evitar sonreír-
La risa se diluyó y quedo el silencio, mientras él me acariciaba la mano y yo lo miraba directo a los ojos.

- No quiero separarme, no quise decir eso
- Ya lo sé…

Al rato me acompañó a casa, me bañé y me tiré en el sillón a hacer zapping con Enko en mi falda.

“Sabes lo que me arrepentí de no obligarte a que me dejes entrar y empezar con todo lo que no tenga que ver con palabras.
Cuan difícil va a ser esto?” –mensaje de Fran
“jajaja, supongo que depende de nosotros” –enviar
“yo digo basta, me ganaste, como siempre, estoy rendido a tus pies” –mensaje de Fran
“sabes que yo también, buenas noches” -enviar